Nan Goldin

“El sexo es sólo una parte de la dependencia sexual. El placer se convierte en la motivación, pero la satisfacción real es romántica. La cama se convierte, en un foso donde las luchas y tensiones de una relación se intensifican o suavizan. El sexo no trata sobre la actuación (el hecho físico), trata sobre una cierta manera de comunicación basada en la confianza, en la exposición y vulnerabilidad que no pueden ser expresadas de otra manera. El sexo se convierte en un microcosmos de la relación, el campo de batalla, un exorcismo. (Extraido del libro: La balada de la dependencia sexual).”

Nan Goldin nació en 1953, en Washington D.C para posteriormente cambiarse a NYC a partir de 1978 . Dentro de su carrera como fotógrafa se destacan las imágenes que nos rodean día a día, la rutina del sexo casual o en pareja, la vida de travestis, jòvenes drogadiactos y la belleza dentro de lo que a veces cuesta encontrar. Colores fuertes y desnudos poco comunes y hasta agresivos son los elementos que Goldin capta a la hora de presentar sus trabajos. Impacto en el cual todos nos sentimos alguna vez identificados, imàgenes de parejas en pleno acto sexual, o un latino drogado y borracho en un living cualquiera rodeado de colores oscuros y decadentes, es lo que se puede encontrar dentro de su amplia galeria que data desde 1978 aproximadamente. Impacto también produjo un autoretrato de la artista con el rostro totalmente morado, producto de una golpiza provocada por su ex esposo, formando parte del registro que Goldin ha hecho a través del tiempo. Escribir su vida mediante imágenes de amigos, amantes o gente desconocida que muchas veces refleja tristeza, soledad, dureza y otras ternura, calidez, humor e ironìa. Esta fotógrafa norteamericana se encuentra siempre en el límite entre lo impactante y o bello, logra cautivar y mantenerse fresca gracias al retrato del cuerpo ya sea de jòvenes, adultos, travestis, hombres o niños. Permanencia es lo que a muchos artistas les falta. Quedar en el tiempo e ir acorde a éste, sin estancarse para no aburrir, y manteniendo siempre un objetivo claro.