domingo, septiembre 04, 2005

bar uno

Eran las cuatro de la mañana, entrábamos nuevamente al bar uno, en plena esquina de bombero nuñez con la costanera. Pedimos unos tragos y también a Charly Garcìa para cantar... entonces se empezò a escuchar llendo de la cama al living...
Ella bailaba, se tocaba la ropa y el embobado la seguía con la mirada para que no se le perdiera de vista.
Me encontraba sola entre ellos, sentada en esos altos pisos, sin humor, despechada, pero atenta a la situaciòn.Miraba como ella jugaba con su bocay posaba el vaso de vodka tónica, sobre sus húmedos labios ya besados por ese intelectual que juraba el mundo a sus pies. El pensaba que lo tenía todo, una buena carrera, un buen puesto de trabajo, una productora excitosa, buen estilo y a una linda chica que bailaba frente a él.
A mi parecer le faltaba un poco de pelo y porte. Atracción?. Sí. Era un tipo atractivo, pero con algo que ni ella ni yo pudimos saber qué le faltaba para ser completamente atractivo.
Charly seguía cantando, y ellos bailaban. Yo sentada divisaba a un par de viejos adictos a la coca y a nadie a quién hablarle. Subí por las escaleras, ya ebrios los homosexuales se ponen pesados y gritones con las mujeres. Había uno echado en el sillón rojo. Me cayó mal a primera vista. Lo ignoré. Me senté a fumar en el sofá negro al lado de Paulo,un chico simpático que trabaja en el Telonius y que al igual que yo frecuenta estos lugares a esas horas.
Al lado un tipo lindo y bastante sobrio me habla, conversamos largo y tendido. Se llamaba Álvaro y estudiaba cine. Eramos los más lúcidos de esa sala, nos reíamos de todos aquellos que peliaban de curados y por estupideces, mietras bebiamos algo de agua para apaciguar la sed que ya comenzaba hacer efecto producto de las bebidas consumidas en la noche.
Pasó el rato. Ella ya no bailaba con él y él la seguía buscando entre la gente. Ella preguntaba por mí. Finalmente nos encontramos y decidimos que era hora de irse.
Me despedí de aquel niño lindo que me ayudó a despejarme y a pasar el rato con risas y conversando.
(......No fui a ver su corto. Me arrepiento......)
Ya arriba de la micro y a medio sol, pensaba en no volver a ese lugar. Sobre mi hombro dormía ella que ansiaba una empanadita de queso. Ya arriba de la microy cerca de las 7 de la mañana me preguntaba que tanto hice para estar tan cansada y muerta de frío, con 200 pesos en los bolsillo y con ganas de cerrar los ojos y desaparecer un buen rato.
Nos bajamos en la esquina del departamento, amanecía y sobre la mesa del comedor los conchos de las piscolas nos saludaban. Colillas de cigarros, maquillaje, ropa y discos. Eran los restos de nuestro preámbulo tan querido y esperado.
Subimos, nos sacamos la ropa mientras el pijama helado entraba por los brazos y nos tiramos a la cama. Dormir era nuestro destino.

2 comentarios:

constanttina dijo...

elijo al b y la c ))

jijiji
con esas dos me quedo...

tin tiin

mossita dijo...

me parecen conocidas esas historias...ohhh jojojoo. aquel lugra del q hablas..
creoq me gusta ir cambiando de rumboss..no sirvo pa estar siempre en el mismo lugar.